Durante la primera quincena julio hemos tenido una mirada a la zona sur desde nuestro Colegio San José Villafranca porque se han desarrollado los «Campos de Voluntariado» en dos zonas concretas, Málaga y Almería. Hasta allí se ha desplazado un grupo de alumnos de Bachillerato de nuestro centro, acompañados por el profesor Ismael Valdivia, en el caso de Málaga, y la voluntaria de intercambio que este año nos ha venido acompañado en el Colegio, Martha Susana Proa, en Almería.
Les hemos pedido que nos cuenten sus experiencias en esta actividad promovida desde la Pastoral del centro y la Compañía de Jesús, y os dejamos en estas líneas sus impresiones.
Ismael Valdivia desde Málaga: «Del 2 al 16 de julio, junto a dos alumnas de 2º de Bachillerato, hemos compartido unos días de voluntariado y profundización en la fe. El voluntariado, en diferentes entidades sociales de Málaga, ha sido una oportunidad de entregarnos a los demás y ver a Jesús en las personas con alguna necesidad. Y la reflexión y profundización en la fe, por las tardes, nos ha ofrecido la oportunidad de buscar a Jesús en nuestras vidas, en nuestro ser y que Él sea el motor de nuestras vidas, el sentido, principio y fundamento. Desde el hilo de la espiritualidad ignaciana, hemos compartido, rezado, reflexionado y meditado. Desde la oración de la mañana, la Eucaristía diaria, el examen ignaciano por la noche… Y todo, compartido en los grupos de reflexión.
Jóvenes de 2º de bachillerato de los colegios jesuitas de Andalucía, Extremadura y Canarias, integrados en la Fundación Loyola, junto con los monitores (más y menos jóvenes), hemos vivido unos días estupendos en los que el Dios de la Vida nos ha ayudado a revitalizar nuestro espíritu y el sentido más profundo de nuestra fe. Las 4 Cs se han hecho muy presentes en estos jóvenes, que están tocados por la mano de Dios y acompañados por nuestra madre María».
Martha Susana Proa, desde Almería: «Almería, un sitio por conocer, con nombres familiares y con emoción dentro el corazón por los días y experiencias que teníamos delante. Al llegar nos instalamos, preparamos las habitaciones, se asignaron los grupos de vida y los monitores que acompañaríamos a cada uno de ellos. Además, los equipos de trabajo en los distintos voluntariados, tuve la oportunidad de colaborar en la tienda y almacén de Cáritas, donde conocí a personas comprometidas con lo que hacen, haber podido compartir con ellas fue un regalo enorme. Lo que quiero destacar es la disposición y el buen ánimo de los chicos en cada uno de sus voluntariados, lo pude percibir durante las sesiones en el grupo MAG+S que acompañé y los distintos momentos del día, encuentros de oración, hora de comida, las distintas dinámicas, Eucaristía, examen del día, en fin, cualquier momento era una oportunidad de hablar y contarnos sobre lo que vivíamos en el día a día. Algunos pasaban la mañana con personas mayores, otros con niños, en mi caso atendiendo y ayudando a personas, todo era una oportunidad de servir y conocer realidades que tenemos tan cerca y que tantas veces no nos damos cuenta de todo lo que se puede hacer por ellos y por otros tantos.
Tuvimos oportunidad de salir a conocer un poco de la ciudad, la playa, tener tiempo de descanso con los chicos y entre los monitores. El tremendo cansancio y los desvelos en preparar y revisar el día han merecido la pena, acompañar a los alumnos que confían en las experiencias de los colegios y conocer las miradas de agradecimiento de tanta gente buena».
Y también una de las alumnas participantes, Belén Gaspar, nos valora lo vivido: «Tras un año como 2° de Bachillerato, en el que no hemos tenido tiempo de parar y de mirar, los Campos de Voluntariado, han sido la oportunidad perfecta para ver otras realidades desde dentro y reconocer que nuestra ayuda siempre es necesaria allá donde vayamos. Solo tengo palabras de agradecimiento para esta experiencia que me ha aportado tantas cosas que espero conservar por mucho tiempo».