La celebración estuvo presidida por el vicario de la diócesis D. Francisco Maya, delegado del Señor Arzobispo D. Celso, quien animó a los confirmandos a salir de su propio amor, querer e interés para así encontrarse con el Señor y aquellos que son sus preferidos, los más pobres y vulnerables, para construir un Reino de solidaridad, servicio y justicia, que haga realidad lo que El tanto desea de nosotros.
Este momento celebrativo es el final de un proceso de tres años, que empezó en 4º de la ESO para algunos, los de la escuela (tras el camino de Santiago en 3º ESO) y un poquito antes para otros, los de la parroquia, cuando crearon el grupo de «pupilos», así llamados para dar a entender que esto de seguir al Señor siempre es un aprendizaje y un proceso en el que uno solo es el Maestro.
Este acontecimiento marca también el comienzo de una etapa nueva, marcada por una mayor conciencia de su ser cristiano y una invitación al compromiso, al tiempo que algunos empiezan a tomar decisiones más fundantes como el tipo de estudios a realizar al terminar el bachillerato.
Estuvieron arropados por miembros de la comunidad parroquial y educativa de la escuela, constituyendo un momento de alegría y renovación de la fe recibida en el seguimiento.
Son ya varios los años que en Badajoz llevamos preparando a jóvenes al sacramento de la confirmación, con el deseo que vayan encarnando y haciendo realidad que nuestra vida es para discurrir y en todo amar y servir.
Les trasmitimos nuestros mejores deseos en este nuevo camino que empiezan, acompañados de nuestra oración, sabiendo que todos estamos llamados a formar la gran familia de los Hijos de Dios, que quiere hacer presente el Reino en esta tierra.»