+34 928 31 40 00      sanignacio@fundacionloyola.es
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Fundación Loyola

Institución educativa de la Compañía de Jesús

La Fundación Loyola ACE (FLOY) es una fundación canónica constituida por el P. General de la Compañía de Jesús en el año 1998. Tiene personalidad jurídica civil y NIF propio. Su protectorado los ostenta el P. General. El ámbito de actuación de la FLOY actualmente se corresponde con la Zona Sur de Educsi: Andalucía, Canarias y Extremadura Para el desarrollo de sus actividades en 1998.

La Compañía de Jesús transfirió a la Fundación Loyola la titularidad y el usufructo sobre los inmuebles, instalaciones y mobiliarios de los siguientes centros educativos en Andalucía y Canarias:

Colegio Inmaculado Corazón de María-Portaceli de Sevilla

Colegio San Estanislao de Kostka de Málaga

Colegio San Ignacio de Loyola de Las Palmas de Gran Canaria

Colegio San José de Málaga

Colegio San José de Villafranca de los Barros (Badajoz)

Escuela Virgen de Guadalupe de Badajoz

La Fundación Loyola tiene como finalidad la formación integral de su alumnado desde la espiritualidad ignaciana en colaboración con toda la comunidad educativa.

Contribuye a la misión de la Compañía de Jesús de anunciar y ser testigo de Jesucristo y del Reino de Dios, desde la Iglesia y en colaboración con otros.  

La participación de todos los miembros de la comunidad educativa (entidad titular, educadores, alumnado y familias) es un factor esencial de esta misión.

El logro de la excelencia, además de una buena formación académica, exige tanto el desarrollo armónico de las capacidades y las actitudes personales como la apertura a la comunicación interpersonal.

Así logramos que nuestro alumnado alcance un serio compromiso ético con el entorno y con sus semejantes.  

De este modo, aspiramos a formar “la persona completa”, definida también por el P. Kolvenbach como aquella que es “competente, consciente, compasiva y comprometida”.

Nuestra visión es que nuestros alumnos y alumnas lleguen a ser “hombres y mujeres para los demás” como expresó el P. Arrupe.

En toda nuestra actividad educativa está presente el principio integrador del vínculo inseparable entre la fe y la promoción de la justicia del Reino. De este modo, es un propósito expreso atender al alumnado más necesitado –sin excluir a nadie– y promover relaciones justas con la Creación.