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DOCUMENTOS INSTITUCIONALES

Un proyecto de 500 años en palabras

Hoy día nuestro objetivo educativo principal debe ser formar hombres y mujeres para los demás… personas que ni siquiera pueden concebir el amor de Dios que no incluya el amor por el menos valorado de sus prójimos; personas convencidas de que el amor a Dios que no incluya la justicia para los seres humanos es una farsa… 

p. Arrupe, S.J.

La formación ignaciana está inspirada por el Evangelio, y se concreta en la vida colegial. Profundice en nuestro proyecto a través de la siguiente selección de textos (pulse en la tarjeta para acceder al documento):

La educación jesuita busca la formación integral de la persona, desarrollando su dimensión intelectual, humana y espiritual. Se centra en el acompañamiento personal, el discernimiento y la búsqueda del magis, promoviendo un clima educativo humano, responsable y abierto, donde cada alumno pueda crecer plenamente.

La Pedagogía Ignaciana propone un modo de educar centrado en la formación integral mediante cinco elementos: contexto, experiencia, reflexión, acción y evaluación. Estos pasos ayudan a situar al alumno, implicarlo en experiencias significativas, promover una reflexión profunda y llevar a acciones coherentes, evaluando siempre su crecimiento personal.

La propuesta de las 4C describe el ideal formativo jesuita: formar personas Conscientes, Competentes, Compasivas y Comprometidas. Este modelo entiende la excelencia humana no como perfección académica, sino como el desarrollo equilibrado de la interioridad, la inteligencia, la sensibilidad y la responsabilidad social.

El documento propone que el educador jesuita sea ante todo samaritano, capaz de acoger, cuidar y ponerse del lado de quienes más lo necesitan. A la vez, es maestro, no solo por transmitir conocimientos, sino por acompañar procesos de crecimiento humano y espiritual. Finalmente, es testigo, alguien cuya vida coherente inspira, motiva y muestra con obras aquello que enseña.

El documento afirma que los colegios jesuitas están llamados a revivir de modo dinámico su tradición educativa mediante un proceso continuo de discernimiento. Ubica este llamado en el contexto de una época de cambios rápidos, e invita a renovar la misión de formar personas para y con los demás, adaptándose creativamente a nuevas realidades sin perder la identidad ignaciana.

El texto plantea que educar hoy en clave jesuita es semejante a construir catedrales, es decir, levantar una obra compleja, colectiva y de largo aliento. Destaca que los centros educativos jesuitas están llamados a construir espacios de profundidad humana, formación integral y sentido transcendental, manteniéndose fieles a la tradición ignaciana pero renovándose para los tiempos actuales.

El Plan Estratégico FLACE 2023–2028 fija como propósito ofrecer una educación ignaciana integral, formando personas 4C en un entorno seguro, acompañado y evangelizador. Propone renovar la misión educativa desde la espiritualidad ignaciana y la colaboración en red.